Patricia Jacas
Actriz
A Patricia Jacas no se le pone nada por delante. Por eso, en un momento de su vida, decidió que, además de su trabajo como bibliotecaria en el Arxiu Històric de Barcelona, se convertiría en actriz. Ya de pequeña quiso serlo y actuó, pero después la vida le llevó por otros caminos. Pero en 2015 los caminos habían cambiado, así que buscó un monólogo para retarse y probarse. Eligió un monólogo. Darío Fo y Franca Rame habían escrito La mujer sola en los años 70. Le gustó por esa mezcla de humor y realidad descarnada. Se puso en marcha y lo estrenó. Le ha dado muchas alegrías. Gracias a él ha girado por los pueblos de la comarca de Olmedo al modo de los cómics de la legua; y también lo ha representado en los nueve centros penitenciarios de Cataluña. Ambos enmarcados en el Pacto de Estado contra la violencia de género. En ninguna de las dos giras se enfrentaba a un público fácil.
Con su segundo monólogo dio un paso más allá a su carrera como actriz. Trabajó mucho y se asesoró para conseguir uno perfecto, y cuando digo perfecto es la palabra idónea, acento ruso. Lo necesitaba para interpretar a Alisa, la protagonista de Una soledad muy parecida a la felicidad, incluido en El fin del homo sovieticus, de la premio nobel, Stvelana Aleksiévich. A través de una hora esta mujer, de vuelta de casi todo, contaba el fin de la Unión Soviética y la llegada del capitalismo salvaje en Moscú. Fue y es un éxito que ha interpretado en más de 60 funciones, además de en la FCM, por donde ha pasado gran parte de Barcelona, viajó al centro Pompidou de Málaga y tenía previsto su estreno en Madrid, pero el cóvid 19 no lo permitió. Pronto lo hará.